El vino es uno de los productos más importante para España, no solo por la importancia cultural y social que tiene dentro de nuestra propia historia, si no también por lo que significa dentro de la dieta mediterránea. Con unas pautas de consumo moderado, además de apreciar y disfrutar de su sabor, puede ayudarnos a llevar un estilo de vida saludable.
La composición del vino es de un 85% de agua y un 15% de cientos de compuestos como azúcares, proteínas, vitaminas, polifenoles, etc., componentes todos que los científicos califican como productos beneficiosos para la salud. Entre ellos hay trece que han sido catalogados como indispensables para la vida humana (calcio, fósforo, sodio, potasio, magnesio, cloro, hierro, yodo, manganeso, zinc, cobre, cobalto y azufre)
El componente que más preocupa al consumidor es el alcohol, pero, hay que saber, que las cualidades nutritivas que tienen algunos de sus componentes, hace que se asimile mucho mas lentamente que otras bebidas mas fuertes.
También se ha demostrado que el consumo de vino, en cantidades adecuadas, no tiene “calorías vacías” como se creía. El resveratrol de la uva contrarresta eficazmente los efectos negativos de una vida sedentaria. También activa el gen SIRT1 que impide la formación de nuevas células de grasa y ayuda a movilizar las existentes.
Si a todo esto añadimos que el vino ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, del aparato respiratorio, el cáncer, etc. es indudable que, con moderación, su consumo es muy beneficioso para nuestra salud.